Corcho
La estructura alveolar del corcho, así como su baja conductividad hacen de este material su valor, principalmente como aislante térmico y acústico.
Esta estructura le proporciona una gran elasticidad, por lo que resiste altas presiones de carga, absorbiendo las ondas a otros elementos constructivos contiguos.
Además de estas características térmico-acústicas, permite la transpiración, con lo que es activo en el paso del vapor de agua sin pérdida de su efectividad aislante. Se puede considerar como un protector de la formación de condensaciones, manchas de humedad, fuego, etc.
Otro aspecto a tener en cuenta es su protección contra la acumulación de electricidad estática, lo que reduce la formación de migrañas u otras molestias derivadas de los campos magnéticos de los equipos electrónicos que disponemos en nuestras viviendas.